Consejos para comprar un telescopio
Autor: Enzo De BernardiniTelescopio: ¿única opción?
Cuando pensamos en la observación del cielo nocturno nuestra primer imagen es la de un telescopio como el clásico instrumento que nos permitirá observar multitud de objetos de todo tipo, como agrupaciones de estrellas, planetas y la Luna. Pero hay otro instrumento que quizá pueda considerarse como primer instrumento de observación. Estos son los binoculares.
La principal diferencia entre un par de buenos binoculares y un telescopio para iniciados, es que los binoculares tendrán un aumento fijo (salvo el caso de los binoculares con zoom, pero no son muy comunes), este aumento no será muy alto (por ejemplo 7×, 10× o 15×), y proveerán de campos visuales amplios. Un par de buenos binoculares es una buena opción para comenzar en el mundo de la astronomía visual, ya que son fáciles de manejar, muy transportables y dan muy buenos resultados. Luego, al adquirir un telescopio, los binoculares seguirán siendo un buen complemento.
La principal ventaja de un telescopio pequeño contra un par de binoculares es que para observaciones planetarias y lunares obtener un buen aumento es más interesante. Los aumentos típicos de los binoculares van desde 7×, 10×, 15× y 20× (fijo para cada modelo) En un telescopio pequeño típico los aumentos intercambiables van desde 30×, 50×, 100×, dependiendo de las características del intrumento y de los oculares utilizados.
Vale también mencionar que la calidad de cualquier instrumento tendrá un impacto importante en la continuidad de la actividad por tener un rol en la experiencia: si el telescopio no se puede manejar con la facilidad necesaria, es complicado apuntar bien, o el trípode se mueve constantemente, la observación será frustrante y así más probable su abandono.
Habiendo mencionado la opción alternativa para comenzar en la astronomía visual, ahora seguiremos con los consejos de compra de un primer telescopio.
Desconfíe de los aumentos
No es raro ver que los telescopios pequeños que típicamente se venden en comercios no especializados anuncien con gran entusiasmo que nos darán aumentos de 500× o 750×. La realidad es que jamás alcanzaremos en un telescopio pequeño y barato tanta ampliación: las imágenes se volverán malas, oscuras y borrosas, ya que hay un límite intrínseco del instrumento (un límite óptico), el cual está muy por debajo de esas cantidades exageradas de aumentos para los pequeños tamaños ofrecidos.
La cantidad de aumentos que nuestro telescopio nos puede dar depende directamente del diámetro del objetivo, o sea, de la entrada de luz que tenga el instrumento. En el caso de un telescopio reflector (compuesto por espejos) es el diámetro del espejo primario el implicado. En el caso de un telescopio refractor (compuesto de lentes) será el diámetro del objetivo. Por naturaleza, el diámetro del objetivo determina la cantidad de aumentos útiles que nos dará un telescopio. Para hacer un cálculo rápido, suele estimarse la cantidad máxima como el doble del diámetro en milímetros: si vemos un telescopio refractor con un lente principal de 70 mm de diámetro, podemos estimar que el aumento máximo que nos dará será de unos 140×, cómodo y suficiente para ver los planetas principales y primeros planos de la Luna (siempre que la calidad de esa lente sea razonable).
En resumen, más aumentos no es sinónimo de mejor. Recordemos que lo buscado son buenas imágenes. Debe tenerse en cuenta que los telescopios de baja calidad exageran en este número como parte de la estrategia de venta.
Tamaños mínimos
El diámetro del objetivo, ya sea lente o espejo, es de lo que depende el poder de captación de luz del telescopio. A mayor diámetro, más luz. Esto resulta en imágenes más brillantes, y en astronomía, donde los objetos tenues abundan, una imagen más brillante es algo muy deseable.
No es extraño comprobar que a mayor tamaño, mayor el costo del equipo y más sofisticado se vuelve. Por ejemplo, puede verse que únicamente las marcas más reconocidas tienen telescopios grandes (por ejemplo: 150 mm y más grandes) mientras que las marcas más genéricas solo tienen aperturas pequeñas.
Como consejo general: para telescopios refractores (lentes) no se recomienda nada por debajo de los 60 mm (mejor 70 mm, mucho mejor 80 mm), mientras que para los telescopios reflectores (espejos) no se recomienda nada por debajo de los 100 mm (114 mm es una medida clásica recomendable, mejor 130 o 150 mm).
Aparte del diámetro la siguiente característica muy mencionada es la distancia focal del telescopio. A veces pueden verse promocionados instrumentos como "F700x60", lo que estaría indicando una focal de 700 mm y un diámetro de 60 mm. Lo principal sigue siendo el diámetro, y aunque una focal mayor brindará más aumentos al utilizar cierto ocular, esto no necesariamente es mejor. Un buen instrumento podría ser un refractor de 80 mm de diámetro y 400 mm de focal: tiene una buena apertura y es compacto.
Oculares de medidas estándar
Los oculares son conjuntos de lentes que se ubican en el plano focal del objetivo del telescopio, lugar en el cual la lente o el espejo principal concentra la luz. Los oculares son intercambiables, los hay de diferentes medidas y son los responsables de otorgar los aumentos al telescopio: oculares de diferentes focales nos darán diferentes aumentos. La focal se mide en milímetros.
Los oculares poseen 3 medidas básicas que los caracterizan: diámetro, focal y campo aparente, aparte de su diseño óptico (hay oculares de diferentes diseños, aparte de tener diferentes medidas). Es importante que el diámetro de los oculares de nuestro primer telescopio sea de 1.25 pulgadas (equivalente a 31.8 milímetros) Modelos de baja gama traen consigo oculares más pequeños y de baja calidad, y estos no son recomendables. La medida de 1.25" es la más extendida y en la que podremos encontrar, separadamente, otros oculares para mejorar o expandir las opciones de aumentos.
En cuanto a diseños, no es de extrañar que los telescopios más pequeños y menos especializados traigan oculares de baja calidad, incluso de material plástico para sus lentes. Es importante destacar aquí que un buen ocular es una parte muy importante de experiencia observacional. Un ocular de características deficientes nos dará una imagen pobre incluso en un excelente telescopio. Es mejor tener solo un buen ocular que tres o cuatro de baja calidad. Los hay en diferentes diseños, para información detallada los invito a visitar la sección oculares, pero en resumen: no se recomienda nada por debajo de un SMA (acromático modificado) o, mejor aún, Plössl (o similar).
Si el telescopio que está eligiendo posee interesantes características, pero los oculares no son muy buenos, considere conseguir el menos un ocular de calidad comprobada, como ser uno de diseño Plössl, preferentemente de poco aumento (a mayor focal, menor aumento)
Monturas: modelos y diferencias
La montura es la parte del telescopio que une la óptica con el trípode. Las hay principalmente en dos modelos que se diferencian por el tipo de movimiento que poseen: altacimutal y ecuatorial. La montura altacimutal es la más básica, su movimiento es horizontal y vertical. Es fácil de manejar, práctica y no requiere ninguna preparación previa. La montura ecuatorial, en cambio, se mueve de forma especial, tal que con solo ajustar uno de los dos ejes ésta compensa por si sola el movimiento de rotación de la Tierra, devolviendo al objeto observado al centro del ocular. Pero para lograr esto hay que realizar una alineación previa.
La ventaja principal de la montura altacimutal es su sencillez, siendo dos movimientos naturales fáciles de asimilar. Como contraste, para seguir al objeto observado, hay que realizar ajustes en los dos ejes, ya que los objetos no se desplazan en el cielo simplemente subiendo o bajando su altura sobre el horizonte, sino que siguen un camino sobre la esfera celeste que depende de la ubicación del observador (combinando un movimiento vertical con otro horizontal). Si también deseamos hacer observaciones terrestres (por ejemplo si nuestro equipo será un refractor que brinde imágenes al derecho, sin invertir), la montura altacimutal será la indicada.
A mediano y largo plazo la montura ecuatorial es la mejor opción para el aficionado. Al principio tendrá el costo extra de apender a alinear correctamente todo el equipo y a manejarse con los movimientos poco intuitivos que tendrá el telescopio, pero alcanzado este conocimiento las ventajas de la montura ecuatorial se vuelven extremadamente prácticos al poder mantener con facilidad un objeto centrado en el campo visual, pudiendo volver a centrarlo con solo mover un eje.
Una variación de la montura altacimutal es el diseño Dobson. Este tipo de modelo (comúnmente llamado "telescopio dobson" o "telescopio dobsoniano") está basado en la simpleza: el movimiento es horizontal y vertical, pero no posee trípode. Usualmente se los puede ver en reflectores de diferentes tamaños. La base que sostiene el instrumento hace de eje horizontal.
Observación Terrestre
Aunque cualquier telescopio puede apuntarse a la tierra para ver el paisaje, no todos darán una imagen al derecho. Para que un telescopio sea útil para observación terrestre por lo general debe tratarse de un refractor provisto de un prisma erector de imagen. Esta es una característica que debe comprobarse con el comercio vendedor. Sin el accesorio correcto la imagen puede verse invertida, lo cual no es problema para el cielo pero sí para la tierra.
¿Qué se ve con un telescopio?
Comencemos por lo que NO se ve: gracias a la tecnología, revistas impresas y medios digitales, estamos acostumbrados a ver espléndidas fotografías a color de fabulosas galaxias, brazos espirales, detalles finos y brillantes... Por las características de la observación visual nocturna, ese es el tipo de imagen es imposible de observar de forma directa, con los ojos.
A diferencia de las cámaras, el ojo no acumula luz por largos períodos de tiempo. Por otra parte, los objetos de cielo profundo son básicamente poco brillantes, tenues, muchas veces pequeños, de bajo brillo y difusos. Hay excepciones (Nebulosa de Orion, Omega Centauri...) pero la mayor parte son poco brillantes. No hay que esperar observar colores y formas brillantes como hemos visto en las fotografías, ya que son dos actividades muy diferentes. La observación visual de objetos de cielo profundo (cúmulos de estrellas, nebulosas, galaxias...) requiere cierto entrenamiento, cierta experiencia que se gana con el tiempo. Hay técnicas de observación que nos serán muy útiles (adaptación a la oscuridad, visión periférica...) y si realmente nos gusta observar, avanzaremos y descubriremos que es posible ver con nuestros propios ojos objetos que distan a millones de años luz. Para aprender a observar, un libro puede ser de gran utilidad.
Aquí el tamaño del telescopio y la calidad del cielo toman importancia. Bajo cielos oscuros veremos más cosas y con major facilidad, y si el telescopio es de un diámetro mediano o grande, aún mejor. La situación en la ciudad es más complicada, ya que la polución lumínica deteriora la calidad del cielo, disminuyendo mucho el contraste y bajando la cantidad de detalles que podremos observar. Con un telescopio de 250 mm en cielos rurales es posible observar, por ejemplo, los brazos espirales de ciertas galaxias brillantes y gran cantidad de finos detalles en muchos objetos destacados del cielo profundo. Aún así, la observación desde la ciudad es posible, y hay cientos de objetos que pueden verse con intrumentos pequeños, tanto binoculares como telescopios (ver Cielo Brillante).
Otro aspecto diferente es la observación de la Luna y los planetas, ya que siendo objetos brillantes pueden observarse con claridad. La observación lunar puede deslumbrar hasta el menos entusiasmado de los observadores: se ven claramente los cráteres de impacto, montañas y una variedad de formaciones geológicas que cambiarán con la fase lunar y la iluminación del Sol sobre la superficie.
En cuanto a los planetas, Mercurio y Venus presentarán fases, más pronunciadas y fáciles de ver en el caso de Venus. En Marte podremos ver en sus mejores momentos los casquetes polares, aún con telescopios de 114 mm de apertura. Júpiter brillará con sus cuatro satélites principales, se podrá ver la Gran Mancha Roja y las principales características atmosféricas. Saturno deslumbrará con sus espectaculares anillos, que cambian el ángulo visual con el transcurrir de los años. Urano y Neptuno serán observables como pequeños discos de distintivo color, más verdoso para Urano y más azulado para Neptuno.
Portabilidad
Un factor a tener en cuenta es la portabilidad. Si deseamos llevar nuestro equipo a encuentros de astronomía, viajes a cielos rurales o simplemente requerimos subirlo a una terraza por ascensor, el tamaño que tenga el instrumento es un atributo que probablemente determine cuanto lo usaremos. Una frase muy mencionada en el mundo del instrumental astronómico es que el mejor telescopio es el que más se utiliza.
Quizá su presupuesto le permita comprar un telescopio relativamente grande, pero debe considerar su contexto. Tenga en cuenta sus oportunidades de viaje y cantidad de equipaje que pueda llevar. Si tiene movilidad propia probablemente no tenga inconvenientes, pero considere que quizá un telescopio más pequeño sea más útil en última instancia si debe viajar en otro vehículo, avión o micro de larga distancia. Si dispone de un lugar propio (terraza de fácil acceso, jardín o patio trasero, etc) y su cielo es aceptable, probablemente sea una buena inversión un telescopio más grande (>150 mm) Si no dispone de buen cielo o por alguna razón se ve obligado a viajar en cada noche de observación, quizá deba, por el momento, priorizar más la transportabilidad y los tiempos de armado.
Poder acceder a cielos rurales oscuros es más importante que el equipo del que se dispone. El cielo hace mucha diferencia en cuanto a la observación visual de objetos débiles y difusos (galaxias, nebulosas). Por supuesto, tener ambas cosas al mismo tiempo es ideal: un buen cielo y un telescopio de gran apertura apertura (>200 mm) harán de la noche de observación una experiencia fantástica.
Tenga en cuenta que estas consideraciones se recomiendan más que nada para observadores que recién se estén iniciando en la astronomía, ya que si usted es un astrónomo amateur dedicado y se ha especializado en algún área en particular (por ejemplo, la astrofotografía) es probable que vea mucho más conveniente tener un telescopio que, a pesar de ser grande, llegado el momento tenga un rendimiento que esté acorde a su experiencia y expectativas, aprovechando al máximo las oportunidades de uso, ya sea en observación o astrofotografía. Llegado ese punto, sabrá que elegir según sus necesidades.
Tenga en consideración también los tiempos de armado y desarmado si no posee un lugar fijo para su equipo (como un observatorio propio) Los equipos más grandes siempre requieren más tiempo de armado y desarmado.
El objetivo es disfrutar del cielo bajo las estrellas. Piense en las ventajas de cada opción. Si con un buen telescopio refractor de 80 mm de diámetro tendrá el triple de oportunidades de observación que con un reflector de 200 mm porque el tiempo de armado y desarmado es mínimo, quizá, al menos por ahora, le convenga considerar esta opción. Aunque el de 200 mm es decididamente mejor en muchos aspectos, debe considerar también los tiempos y opciones de desplazarse con su equipo a cielos óptimos. Un equipo más grande brindará imágenes más brillantes y permitirá acceder a objetos más débiles. Queda a consideración de cada interesado evaluar estas opciones.
Telescopios automatizados (GOTO)
Existe una interesante variedad de telescopios que son capaces de apuntar a los objetos simplemente seleccionando su nombre o ingresando el número de catálogo correspondiente. Sin duda, una opción tentadora para muchos interesados.
La ventaja de un equipo con estas clearstatcache es que luego de algunas configuraciones básicas (ubicación, fecha, hora) y una breve alineación asistida por el mismo sistema, el telescopio quedará listo para apuntar a los objetos que se encuentren por arriba del horizonte desde el cual está observando. Es rápido, práctico y le permitirá visitar en poco tiempo muchos objetos que hubiese tardado un poco más en encontrar por otros medios (usando mapas de búsqueda, star hopping, etc)
Tenga en cuenta que si nunca estuvo en contacto con el cielo, el iniciarse con un equipo automatizado probablemente le prive, en principio, de ciertos conocimientos básicos: reconocer las constelaciones, encontrar las principales estrellas, usar mapas detallados, etc. Si se decide por este camino, considere también dedicar parte del tiempo de observación a no solo saltar de objeto en objeto, sino también a ubicar estrellas brillantes, formar las constelaciones, y usar mapas de búsqueda. Esto le ayudará también a determinar mejor que áreas del cielo están visible y así hacer una mejor sesión de observación.
Un punto a considerar es que estos equipos requieren de energía eléctrica para funcionar. Si observa desde un sitio con provisión eléctrica constante no tendrá problemas, pero si lleva su equipo a zonas aisladas, deberá transportar consigo una batería recargable o asegurarse de tener la energía necesaria para hacer funcionar el sistema (muchos instrumentos de este tipo no pueden usarse sin energía).
Como es de esperar, por supuesto, un equipo automatizado posee un costo superior a un equipo del mismo diámetro sin automatizar. Esto dependerá del presupuesto y preferencias de cada observador.
Fotos con Telescopio (astrofotografía)
La fotografía astronómica es una actividad en la cual se utilizan toda una serie de técnicas que van más allá de simplemente tener un telescopio y una cámara. Si dentro de los intereses que posee al desear adquirir un primer telescopio se encuentra como meta la de realizar astrofotografías, deberá pensar en varios factores.
Si se limitará a la fotografía planetaria y lunar, se pueden utilizar una variedad de cámaras. En este caso, la condición necesaria es que el telescopio sea la suficientemente robusto como para soportar el peso de la cámara. Luego cada cual podrá explorar y desarrollarse en las diferentes técnicas de adquisición y procesamiento.
Si el interés principal es la fotografía de cielo profundo (cúmulos de estrellas, nebulosas, galaxias) los requerimientos técnicos son mucho más exigentes: el telescopio debe ser capaz de seguir a los objetos a fotografiar, por tanto se necesita una montura con motor de seguimiento. La montura requerida es la ecuatorial, ya que aunque las monturas altacimutales con motor en ambos ejes pueden realizar el seguimiento, este tipo de sistema no es útil para fotos de larga exposición. A su vez, para que la montura ecuatorial cumpla con su función principal, y sobre todo para astrofotografía, debe ser alineada cuidadosamente y brindar gran estabilidad a todo el equipo utilizado sobre ella. La cámara requerida para la adquisición de las imágenes debe brindar tiempos de exposición prolongados. Tenga en cuenta que la astrofotografía de cielo profundo es una actividad técnicamente exigente y las fantásticas fotos que usualmente se ven publicadas en sitios web y publicaciones impresas fueron logradas gracias a un conjunto de instrumentos y accesorios, como cámaras especializadas, sistemas de autoguiado, y diferentes técnicas de procesamiento digital.
Si se ha iniciado recientemente en la astronomía y sobre todo si nunca tuvo un instrumento para observar, quizás lo más aconsejable como primer paso sea observar visualmente para luego, llegado el caso y según sus intereses, incursionar en el tema de la astrofotografía.
Calidad vs. Costos
En lo que a instrumental astronómico se refiere, se suele dar la condición de que la calidad se paga: a mayor calidad, mayor el costo, y difícilmente un equipo nuevo curiosamente barato sea de calidad razonable. Si su presupuesto no llega a un equipo con los mínimos consejos expuestos, quizá pueda considerar la opción de los binoculares. Son instrumentos prácticos y aunque la calidad también se paga, un buen binocular suele conseguirse al costo aproximado de un telescopio pequeño de baja calidad.
Si tiene la posibilidad, intente contactarse con grupos de aficionados o acérquese a observaciones públicas donde pueda ver por diferentes telescopios. Esto le dará una buena idea de las diferentes opciones y lo pondrá en contacto con las diferentes posibilidades a nivel local (comercios en su zona que puedan proveer de un equipo de calidad). Lo recomendable también es entablar contacto con comercios especializados en el tema de instrumental para astronomía: no compre su telescopio en un supermercado o en una juguetería.
Resumen
- Lo que se ve con un telescopio no es como en las fotos, pero eso no es un problema, son cosas diferentes.
- No prestar importancia a la cantidad de aumentos promocionados: no es un factor relevante.
- Hay diámetros mínimos: 100 mm para reflectores (mejor 130 mm), 60 mm para refractores (mejor 70 mm).
- Los oculares deben ser de 31.8 mm de diámetro, y de buena calidad. Es mejor tener un solo ocular bueno que tres mediocres.
- La montura altacimutal es más fácil de manejar (tipo trípode fotográfico). La montura ecuatorial será mejor a mediano plazo si se aprende a usarla.
- Tener en cuenta el tamaño: cuanto más grande es un telescopio, más difícil es de transportar y lleva más tiempo de armado y desarmado.
- Los telescopios automatizados (GOTO) son una opción interesante, pero más cara.
- Hacer fotos con el telescopio es una actividad que requiere de muchas más cosas.
- Tener el Manual del Astrónomo Aficionado.